Trastorno límite de la personalidad

Yo no valgo nada, estoy vacía/o y no soy querible

“Soy un desastre y debo ser castigada/o por eso” 


“Si alguien me ama debe tener algo malo” 


“Si yo logro controlar a alguien, entonces me amará” 


“Todo es blanco o negro. Los grises y las sombras no existen. 


“Yo soy una víctima de la conducta de los demás” 


“Necesito imperiosamente de los otros para ser feliz. Pero lo imperioso de mi necesidad me asusta tanto que a veces los expulso o los echo” 


“Si alguien realmente me conociera, automáticamente me odiaría” 


“El mundo es peligroso y no confío en nadie, me van a dañar” 


"No puedo con nada, no consigo nada en la vida” 


“Soy vulnerable” 


¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

El trastorno límite de la personalidad o borderline es un trastorno de la personalidad que causa mucho sufrimiento a quien lo padece por la alteración emocional y las relaciones inestables. Debido a esto, las personas que lo padecen, tienen dificultades para tener una estabilidad en cuanto a la imagen que tienen de sí mismos, sus objetivos, sus relaciones y su estado de ánimo; pero precisamente necesitan seguridad y estabilidad para poder contener y calmar sus afectos. Este trastorno comienza en la adolescencia y suele mejorar según se alcanza la madurez, especialmente en cuanto a la impulsividad.

Conoce los síntomas

  • Temor al abandono, ya sea este real (una ruptura de pareja) o imaginado (creer que se pueden alejar) de manera que tratan de mantenerse en la relación a toda costa para evitar ese abandono, entran en crisis cuando lo perciben llegando incluso a la ira, amenazas o conductas de riesgo. Por otro lado, pueden rechazar y reaccionar de manera iracunda cuando creen que pueden ser rechazados.
  • Sus relaciones son inestables e intensas, porque idealizan o devalúan a las personas con facilidad pasando de un extremo a otro (fácilmente pueden pensar que su hermano es muy bueno y cariñoso, y al rato desconfiar y creer que es mala persona y cruel). Esto depende de si perciben que el otro les está cuidando, entonces lo idealizan, o si perciben que le puede rechazar o que lo que hace no concuerda con sus expectativas, entonces le desprecian.
  • Tienen dificultades para tener una imagen de sí mismos sólida, de manera que a menudo sienten que su imagen corporal o autoestima cambia vertiginosamente con facilidad; por ello cambian de intereses, amistades y planes con facilidad y de manera brusca, no sintiendo una continuidad.
  • Son impulsivos, con dificultad para reflexionar antes de actuar, e incurren en comportamientos de riesgo en cuanto al sexo, el abuso de drogas, los gastos, la conducción temeraria o los atracones de comida.
  • Debido al alto sufrimiento que presentan y la dificultad para manejar sus estados emocionales intensos, suelen tener comportamientos, intentos o amenazas de suicidio de forma recurrente, o de auto lesión (quemarse, cortarse, golpearse). Estos comportamientos se dan a menudo como una forma de calmar su sentimiento de vacío, su angustia, como parte de una crisis disociativa, tras una crisis emocional, una crisis en una relación o como una forma de aliviar su dolor.
  • Su estado de ánimo les domina, de manera que reaccionan rápidamente a las circunstancias, de manera emocional y muy intensa, como si les costara poner en orden o razonar las cosas o planificar, pues viven las emociones de forma muy intensa, lo que conduce a una inestabilidad en el estado de ánimo (estar un día muy bien y a las horas muy mal). Es decir, su humor cambia de manera brusca, pues son sensibles e intuitivos, pero la forma en que gestionan las emociones suele hacerles más daño por la dificultad para controlar sus impulsos.
  • Suelen sentir vacío, un sentimiento difícil de poner en palabras y que les produce mucha angustia, y tratan de aliviar de manera errática. Es una sensación dolorosa, de desesperanza, ausencia, como si no existieran y su vida no tiene sentido, que describen como un vacío o un agujero negro; que tratarán de llenar o compensar.
  • Suelen sentir ira, de forma intensa, y expresarla de manera inapropiada (peleas físicas, amenazas, mal genio). Esta ira suelen sentirla cuando las personas significativas les rechazan, no les prestan suficiente atención, o creen que tienen una actitud injusta. Sin embargo, suelen sentirse culpables o inadecuados tras expresar esa ira, lo que contribuye a una imagen negativa de sí mismos.
  • Suelen tener dificultades para confiar en los demás, se muestran suspicaces, y creen que las personas que les quieren les van a dañar; pues se sienten tremendamente vulnerables.
  • Síntomas disociativos, que implican olvidar lo que ocurrió en periodos de tiempo o etapas completas, o la sensación de estar fuera de su cuerpo como un observador externo, o que la realidad no es real, o que la realidad se aleja, es un sueño o una película; y las sensaciones del cuerpo son ajenas. Esto suele suceder en los momentos de crisis, y se presenta especialmente como un mecanismo de defensa ante eventos traumáticos del pasado que podrían volver a repetirse en el presente.
  • Las crisis emocionales pueden ser impredecibles, de manera que experimentan angustia de manera frecuente y con dificultad para sentirse estables.
  • Inhiben los duelos, es decir, tratan de evitar o controlar las emociones dolorosas que podrían inundarles, como las pérdidas y las frustraciones.

Un niño/a herido/a no tiene porqué ser un adulto traumatizado.

Causas del trastorno límite de la personalidad

Hay una vulnerabilidad emocional dado que son personas sensibles, especialmente a los estímulos emocionales negativos; a los que dan una respuesta emocional muy intensa y les cuesta volver a la calma. Es decir, su sistema biológico se activa rápidamente.

Además, suelen provenir de ambientes familiares donde no se les ha validado, no se les ha dado importancia, no se atendieron sus emociones, por lo que no aprendieron a identificarlas, calmarlas y manejarlas. En muchos casos, se da la vivencia de acontecimientos traumáticos en la infancia como la negligencia familiar, el maltrato, o el abuso sexual, físico, o psicológico; o hay pérdidas de seres queridos en la infancia y adolescencia.

Tratamiento

Evaluación

En terapia se realiza una evaluación de la problemática a fin de identificar la sintomatología y cómo afecta en su vida personal, laboral, académica y familiar.

Estabilización

El tratamiento se conduce principalmente a la estabilización de la persona, pues son personas que tienen crisis emocionales y sensación de amenaza constante, realizando normalmente comportamientos que le llevan a re-experimentar esa inseguridad o desprotección; cuando lo que realmente les sana es la seguridad, estabilidad y contención. Ello requiere una relación de confianza con el terapeuta, que podrá ser como un espacio seguro para encontrar el alivio ante las crisis frecuentes y recurrentes.

Herramientas

 Es importante dotar de herramientas para identificar las emociones, diferenciarlas, y manejarlas de forma no reactiva, es decir, utilizando la información emocional en beneficio para su bienestar. Esto implica aprender habilidades para regular las emociones y pensar antes de actuar.

Relaciones sociales

También es importante que puedan entender sus estados mentales, y los de los demás, para que desarrollen una visión del mundo más realista, basada en que no todas las personas que les quieren les van a dañar o fallar, y lo que implica restaurar el sentimiento de confianza y entender los actos de otros desde una vivencia no sólo emocional sino situada en un contexto. Esto les permite tener relaciones más estables y duraderas.

Manejo de crisis

Se aborda igualmente la prevención y manejo de crisis suicidas e intentos autolíticos, identificando los disparadores y desarrollando estrategias eficaces para gestionar las crisis.

Medicación

En ocasiones se recomienda el uso de medicación anti depresiva para ayudar a manejar las emociones, antipsicóticos ante los estallidos emocionales y tranquilizantes para frenar la impulsividad y la angustia.

¿Qué conseguiré con la terapia?

Una persona con este trastorno puede beneficiarse del tratamiento encontrando periodos de estabilidad mayores, conociendo sus emociones y funcionamiento para manejarlos, y que ello le permita conseguir sus metas para tener un sentido vital y una imagen de sí mismos más coherente y positiva. Esto permitirá afrontar las situaciones vitales donde muestran problemas de una forma sana, así como obtener una red de apoyo y recursos de acompañamiento para hacer frente a las crisis.